Ayer mi querida amiga Ana Andrada me hizo llegar este video. Me hubiera gustado poder decir estas cosas de manera tan clara y rotunda como el expositor, pero, como no ha sido así, voy a dedicar esta entrada solo a compartirlo, sin comentarios.
Los que valoren mis aportes lo mirarán, y nada más pretendo; los que no, no le darán importancia, y, entonces, ¿para qué decirles algo?
Los que lo miren y no le den importancia (lamentablemente, creo que habrá varios) sepan que estoy haciendo esto por un deber de conciencia: estamos en rumbo de colisión. Si quieren hacer como los músicos del Titanic, tienen derecho.
Y a los que crean que, a pesar de la inferioridad de medios, hay que pelear porque el mundo no sea manejado así, los invito a la organización y construcción solidaria de mejores alternativas.
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