domingo, 23 de abril de 2017

Más de lo mismo, aunque no les guste


Me atrajo esta nota de Julio Bárbaro por dos razones: primera, que es un periodista formado e inteligente; segunda, que militó un antikirchnerismo radical desde los comienzos de la gestión de los Kirchner (de paso, comento que conozco varios casos de peronistas que se pusieron en esa posición desde el mismo 2003, con perfiles semejantes: intelectuales, y con muy buena formación doctrinaria). Como hace bastante tiempo que en las redes sociales, vengo planteando que los fundamentalismos anti y pro K son poco útiles para la comprensión de la realidad del país, y sobre todo, para tomar las decisiones que hace falta para enfrentar la realidad -nada fácil, por cierto- de la Argentina actual, me pareció muy válida esta nota de Bárbaro para plantear esta discapacidad de un sector de nuestra sociedad urbana. Voy a citarla en fragmentos, tratando de que se mantenga el sentido total del texto.

Fanatismos, de un lado y del otro

Julio Bárbaro - Periodista. Ensayista. Ex diputado nacional. Especial para Los Andes
http://www.losandes.com.ar/article/fanatismos-de-un-lado-y-del-otro

"Son muchos, demasiados, los que combaten el fuego con nafta. Absurdo, ellos se la pasan hablando mal de los fanáticos, y lo ejercen con un apasionado fanatismo. Algunos que no necesito nombrar fueron compañeros contra el kirchnerismo.

Pero de pronto descubro que lo de ellos no iba por esos lados. Hacen kirchnerismo conservador, o liberal, o macrista, o cómo diablos sea, fanatizan lo que tocan, dan clases de verdad en un curso donde nos cuentan que a veces dudan. Pero es trampa, no dudan nunca, hablan “ex cáthedra”, justo ahora que el Papa Francisco humanizó a la iglesia ellos te bajan línea desde una verdad absoluta.
Si lo peor del kirchnerismo era su dogmatismo, ¿a qué diablos se debe que tantos de sus ayer detractores hoy se embanderen de similar manera? Escucho amigos de ayer que no soporto hoy. ¿Seré yo? Según ellos, Perón nació para perseguir la guerrilla, fundar las tres A y alguna estupidez por el estilo que en lugar de definir el lugar de Perón en la historia solo describe la estatura de sus detractores.
Asombra este fanatismo según el cual si destruyen la memoria de Perón podrán instalar la figura de Macri, Carrió o algún prócer sustituto por el estilo.
Si no se enojan y no nos hacen enojar, en ese caso podremos avanzar hacia un encuentro por encima de la grieta. Lo absurdo es que imaginen que el haber derrotado a Cristina les sirva para pasar por encima de la memoria de Perón y las propuestas del Papa Francisco por el mismo precio.

Si quisieran pacificar, aislarían a los violentos para construir una sociedad democrática. Si la cosa es más pequeña, casi de enanos, para ganar una elección necesitan, según asesores demasiado bien pagos, quedarse solo en el lugar de la verdad.

Yo sigo teniendo como enemigo al autoritarismo kirchnerista aun cuando en los últimos días necesité sumar a algún supuesto liberal a la lista de los fanáticos insufribles.

Digo esto porque hay ya muchos del Pro que se han vuelto kirchneristas, en la manera en que sostienen su verdad, que eso es lo esencial de la maldad, de la enfermedad que intentamos combatir. Si de pronto descubrieron que los liberales son los buenos y los populistas somos el mal, si esa es la verdad a la que arribaron, hasta pueden ganar una elección, pero tengan por seguro que eligieron continuar el camino del fracaso del cual no logramos salir.
La corrupción por grave que sea, es muy inferior a la soberbia. La soberbia es el peor de los pecados, de ese no se salvan ni los ateos. Y menos ellos, que ni a Dios respetan."

Me ha costado el distanciamiento -y hasta la pérdida de la amistad- con varias personas el tratar de hacer comprender que ya no gobierna Cristina, y que lo que nos pase en Argentina está determinado por las decisiones del Gobierno de Macri, así como que darse cuenta de que un gran sector de la sociedad -asalariados, jubilados, pequeños y medianos empresarios- está siendo perjudicado por un Programa de Gobierno que beneficia a los que más tienen, y que está alineado con líneas internacionales de Capitales concentrados, corporaciones mediáticas, organismos afines y Gobiernos que aceptan sus roles de proveedores de bienes y servicios, precarizando a sus trabajadores y sociedad en general, no significa defender al kirchnerismo. No voy a decir nada del tema de la corrupción -que no soslayo ni defiendo- porque ya lo planteé en mi entrada "Corrupción y política" de este mismo blog, pero tiene que ver con esto: que no nos escondan -como cuando Ulises escapó de la cueva del cíclope debajo de una oveja- las medidas que nos están perjudicando, y que van a comprometer gravemente nuestro futuro.
Es cierto que resolver la complejidad del mundo y de la sociedad con simplificaciones fundamentalistas es una elección de todos los tiempos -mucho más en la Argentina posterior al planteo de "grieta", funcional a la demonización del kirchnerismo, y que fue un componente clave del triunfo electoral de Macri, pero no deja de ser una actitud errónea y perjudicial para los propios intereses de los que la toman.
El objetivo de este blog no es hacer profundos análisis políticos sino llegar al ciudadano de a pie -como yo y mi familia, además- con reflexiones útiles para tomar las mejores decisiones para todos nosotros; por eso, he querido hacerles llegar una reflexión interesante, y que nadie puede acusar de prokirchnerista, para que piensen si no están cayendo en los mismo que quieren -o creen, de buena fe- combatir.