La siguiente nota fue publicada en el Diario Los Andes el 23/04/2018. La publico porque me parece, desde la visión de alguien que ha militado en política desde hace más cincuenta años, que es un planteo válido. Soy peronista, y la Argentina necesita a esta UCR que reclama Armagnague, por el que, por lo demás, no tengo mayor simpatía. La imagen es la de la nota.
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Por Juan
Fernando Armagnague - Convencional nacional UCR
Actualmente gobierna a nuestro país un cenáculo de
dirigentes del Pro. Por tanto, no gobierna la coalición Cambiemos, ni menos los
partidos que la integran, como la UCR o la Coalición Cívica.
En el caso de la UCR fue la que posibilitó, nos guste
o no, el triunfo del actual gobierno. Una circunstancial conducción partidaria
por ínfima mayoría triunfó en Gualeguaychú (Entre Ríos) y permitió que toda la
estructura nacional diera el triunfo al actual Presidente. A partir de allí, el
propio Macri se encargó de señalar que no existía ningún gobierno de coalición
ni cosa que se le parezca. La actual conducción radical hoy reclama mayor
participación en las decisiones del Gobierno nacional. Al efecto, los casos más
importantes son la elección de los ministros de la Corte Suprema; el blanqueo
de capitales; la exorbitancia de las tarifas de gas, luz, transportes; la
reducción de regalías a las mineras; el monstruoso endeudamiento externo
producido en dos años y medio; la disminución del presupuesto universitario; la
falta de políticas sociales; el alza imparable de la inflación y la venta de
las acciones de Transener. Estos son algunos de los casos que los dirigentes
radicales aseguran que no hubo consultas previas.
Deseo al Gobierno nacional la mejor de las suertes. En
su suerte, está el destino del país.
Sin embargo, es preciso decir que la UCR debe rever su
estrategia a corto plazo para que a través de su organismo máximo rompa el
pacto que vincula a un partido neoliberal de profundas convicciones derechistas
como lo constituye el PRO. Lo digo con el mayor de los respetos pero me
pregunto: ¿Qué hace la UCR de más de 130 años al servicio del país, con un
pensamiento social-demócrata, en una alianza que lleva a su desaparición a
corto plazo? Ojalá me equivoque. Es que la filosofía que inspira al PRO no pasa
por los partidos políticos, instrumentos de fundamental existencia en la
República conforme al artículo 38 de la Constitución Nacional. A los
gobernantes nacionales les da lo mismo incorporar a un peronista, a un radical,
a un conservador o a un empresario. Ello constituye un boomerang para el propio
gobierno pues no tiene un plan cierto.
Es el gobierno del día a día. De allí que los CEOS son
los que fijan la política de precios, la quita de remedios a jubilados, las
tarifas impagables que causan un daño cierto a los sectores medios que fueron
los que le dieron el voto. Más aún, se ha producido una transferencia de
ingresos de sectores populares a una ínfima minoría plutocrática. En
definitiva, si la UCR no cambia su posición se consumará una auténtica sociedad
leonina: solamente será socia en las pérdidas y pagará el costo político. Nada
más apropiada que hoy la síntesis: "Es la economía, estúpido". Lo
imparable de la inflación y la persistencia de la pobreza. Los escándalos off
shore han convertido al gobierno, en un barco sin timón con rumbo de colisión.
Se podrá decir que la UCR ha perdido la razón de su existencia. No lo creo,
pero es mejor tener nuestra propia identidad, aun perdiendo elecciones en
soledad.
Si no hubiera dicho estas cosas, los ilustres próceres
de la UCR (cuya conducta e idoneidad al servicio del país no se discute, como:
Alem, Yrigoyen, Alvear, Lebensohn, Larralde, Balbín, Illia, Alfonsín, Leopoldo
Suárez, Santiago F. Llaver, entre otros), no me lo hubieran perdonado.