A partir de una nota ya vieja (Thomas Friedman 31/12/2015, en Los Andes: ¿Qué tal si…?), que me interesó, pero no trabajé nunca, se me ocurrió plantear algunas cosas.
A Friedman se le ocurren algunos
interrogantes en condicional en relación con la elección de Presidente de EEUU
“¿Qué tal si muchísimas eras
están terminando todas a la vez?
¿Qué tal si estamos al final de
la era de más de 30 años de alto crecimiento en China, y por tanto la capacidad
de China para alimentar el crecimiento global a través de sus importaciones,
exportaciones y adquisiciones de mercancías y materias primas será menos
frívola y confiable en el futuro?
…
¿Qué tal si ya terminó la era del
precio del barril de petróleo en 100 dólares y todos estos países cuyas
economías estaban apuntaladas directa o indirectamente por esos precios tendrán
que aprender a crecer a la antigüita: produciendo bienes y servicios que otros
quieran comprar?
…
¿Qué tal si el promedio se ha
acabado para los países? Durante la Guerra Fría se podía ser un estado
promedio, independiente apenas hacía poco, con fronteras artificiales trazadas
por potencias coloniales. Había dos superpotencias listas para lanzarte ayuda
exterior, educar a tus hijos en Estados Unidos o Moscú, acrecentar las propias
fuerzas armadas y servicios de seguridad, así como adquirir tus cutres
exportaciones manufacturadas o materias primas.
Pero, ¿qué tal si el ascenso de
los robots, software y automatización significa que estos países no pueden
depender ya de la manufactura para crear trabajo masivo, que los productos que
ellos pueden hacer y vender no pueden competir con bienes chinos, que el cambio
climático está presionando sus ecosistemas y que ni Rusia ni Estados Unidos
quiere tener algo que ver con ellos porque todo lo que cualquiera gana es una
cuenta?
…
¿Qué tal si la era del
aislamiento iraní ya terminó, justamente como el sistema árabe está colapsando
y la solución de dos estados entre israelíes y palestinos es historia? ¿Cómo
interactuarán todas esas moléculas?”.
Cuando lo leí se me ocurrió otro
interrogante: ¿Qué tal si Macri está implementando un plan económico que solo
ha beneficiado a los poderosos, con inflación, recesión, despidos, para
insertarnos de nuevo en el mundo (parece que hemos estado doce años en el
ciberespacio), y ese mundo es un lugar inhóspito en el que solo interesa que
Argentina se inscriba lo más mansamente posible en el lugar que los Banqueros y
las Corporaciones nos asignan, como a otros países de Latinoamérica?
¿Se ha hecho una prospectiva
seria del mundo hacia el que vamos, a partir de un conocimiento objetivo y
profundo del que estamos viviendo? ¿O se han desempolvado viejas recetas y se
las aplica a como dé lugar?
¿Se tienen en cuenta los nuevos
aportes de la teoría económica, como los de Piketty (El capital en el siglo XXI)?
Porque la sensación de dejà vu es inevitable.
El problema es que el Gobierno de
Macri ha tomado muchas decisiones políticas pero no tiene un cuerpo de cuadros
de gestión política, tiene un cuerpo de CEOs y Gerentes formados en empresas y
corporaciones, pero no tiene masa crítica para hacer los análisis que necesita
este momento de Argentina y el mundo.
No he ido mucho más allá de
interrogantes, pero esa es la intención: plantear el contexto mundial y la
falta de una estrategia actualizada para la inserción en el mundo que se busca.
Vamos a terminar empobrecidos, endeudados, y en un creciente estado de
conflictividad social, solo para beneficio de los que menos lo necesitan.
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